7 de mayo de 2012

Manifiesto Abierto por la Participación y la Sostenibilidad Democrática.


Los firmantes, cargos públicos y responsables políticos de la Comunidad Autónoma de Canarias,  queremos expresar lo siguiente:

La realidad actual y los cambios estructurales que se han producido en el sistema económico y sus consecuencias obligan, en cierto modo, a comprender que algunas seguridades del pasado ya no existen. A que la situación requiere y obliga a cambios -no sólo superficiales sino sobre todo estructurales- en la manera de funcionar, en el ámbito público y en el gobierno de la 'cosa pública'.

Uno de los cambios que tenemos que asumir de manera urgente se refiere a las relaciones entre los gobiernos -en los diferentes ámbitos: estatal, autonómico y local- y la ciudadanía; entre las personas que han sido elegidas democráticamente para ejercer los poderes decisorios otorgados por las leyes y los ciudadanos y ciudadanas a quienes afectan las decisiones que se han tomado.

Si en el periodo de democracia que hemos vivido hasta ahora se ha gobernado sobre todo para” la ciudadanía, ahora es el momento de empezar a gobernar “con la ciudadanía. Grandes cuestiones de interés general deben ser afrontadas y resueltas con un mayor grado de implicación de los ciudadanos para garantizar respuestas más adecuadas y, sobre todo, sostenibles en el tiempo, más allá de cada mandato o periodo electoral.

Pensamos que los nuevos caminos de la política están unidos a la participación de la ciudadanía, y a la extensión y el ejercicio de los nuevos derechos sociales que están naciendo junto a la sociedad del conocimiento y la sociedad en red.

El paso del “para” al “con” sólo puede ser pensado como un proceso que requiere gradualidad y progresión; sus resultados no pueden ser inmediatos. Además, debe estar basado tanto en la propia experiencia de su desarrollo como en la incorporación de planteamientos más claros que los que hasta ahora han existido por parte de los responsables políticos.

Así, tiene que quedar muy claro que la participación de la ciudadanía en los diferentes ámbitos, competencias y órganos que puedan existir o que se puedan crear, integra y no sustituye la voluntad y las decisiones de los órganos cuyos ámbitos y competencias están legitimados por el sufragio universal, basándose en la voluntad política de quienes como responsables de sus actos, acuerdos y decisiones en el ámbito de sus competencias y de sus objetivos y visiones políticas, consideran necesaria, en pro de la profundización y de la sostenibilidad democráticas, dicha participación.

Por otro lado, siendo los partidos políticos el instrumento fundamental de la participación de la ciudadanía en la vida pública según nuestro orden constitucional, resulta evidente que el compromiso para hacer de tal participación algo tangible y sustancial, y no puramente decorativo, implica una reflexión sobre nuestras organizaciones, sobre la mejora de sus mecanismos de democracia interna, y también sobre sus relaciones con la ciudadanía no militante, más allá de los distintos momentos electorales.

Convendría establecer unos criterios unívocos a la hora de definir reglamentos, normas, órganos y funciones de la participación de la ciudadanía en los diferentes ámbitos territoriales o funcionales en los que pueda o debería existir. Sin que prime ningún orden y prioridad, podemos avanzar los siguientes criterios:

- Los espacios de participación sólo pueden ser de integración de todos los ámbitos decisorios legalmente establecidos.

- Los procedimientos de la democracia participativa, complementarios y distintos de los de la democracia representativa, hacen primar los valores cualitativos, la deliberación y la búsqueda del consenso, acogiendo todas aquellas opiniones divergentes.

- La participación de la ciudadanía exige una  información adecuada, previa y accesible, que permita tener real conocimiento de las materias a tratar, evitándose que las legítimas diferencias ideológicas sean el único elemento a tener en cuenta.

- Los espacios de participación son abiertos. A ellos acuden tanto las personas en representación de organizaciones colectivas de toda índole, como las personas a titulo individual.

Por último, queremos señalar que este documento está también abierto al diálogo y al debate sin que esté condicionado por posturas de defensa de intereses particulares o partidistas.